PANORAMA POLÍTICO ESPAÑOL

26 03 2019
ASCANIO, Guillermo. «De Barcelona. Panorama político español». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de La Gomera. 10 de diciembre de 1930. Año I. Núm. 10. Pags. 1 y 2.
Autonomía regional.
En un artículo publicado en «La Provincia», de Huelva, por el doctor Marañón, titulado «¿Centralismo o autonomía?», se enfoca, con un sentido biológico, este tema, que hemos colocado nosotros como centro para una estructura de las islas.
En el citado artículo dice – haciendo un estudio comparativo entre el cuerpo humano y la nación – que los miembros del cuerpo no pueden ser partes autónomas por estar sometidos a la esclavitud de los centros por los vasos y por los nervios». Y que los pueblos «no pueden ser tampoco cotos aislados del corazón y cerebro centrales, unidos sólo a estos por la trama administrativa». Pero como todo órgano realiza un acto específico, hoy «una capital de provincia tiene intereses casi exclusivamente locales. Pero, en cambio, no puede moverse sin contar con Madrid». Y el ideal sería que «sus intereses locales estén imbuidos de un enérgico interés nacional; pero que se mueva, que aliente y que respire con sus miembros, con su corazón, con sus pulmones y no con los de la lejana capital del Estado».
Aquí hay un fallo. En un régimen como el actual, un espíritu liberal ha de sentir así. También con otro régimen encajaría esta visión, para lograr una completa unidad nacional. Pero no es imprescindible esa esclavitud en los centros nerviosos de las provincias. De muchas sí, pero de todas no. Porque el organismo humano crece por intusucección y los pueblos crecen por yuxtaposición. De aquí el que puedan tener corazón, miembros y pulmones absolutamente autónomos algunas provincias. Canarias es un ejemplo. Habrá sí, la esclavitud menor que lleva en sí la vida de relación. Pero ésta la tienen también – unas con otras – las naciones. De modo que hay aquí una puerta a una más libre esperanza. Ya está reconocida en la Geografía: Canarias pertenece políticamente a España y geográficamente a África. Y aun pudiéramos añadir: Y económicamente al extranjero. Con ello queda dicho que hay mucho que centrar. Esta dispersión es la bancarrota de las islas ¿Se entenderá a dónde queremos ir a parar?
Estas ideas en estilo de claro-oscuro destacan en pensamiento limpio.
El actual panorama de la vida española tiene una clara sintetización: Revolución. En todos lados la revolución está en marcha. La tensión espiritual de las masas ha dio subiendo en rápido crescendo desde la caída de la primera dictadura hasta límites insospechados. La revolución se puede constatar no ya en los periódicos de la burguesía y proletariado revolucionarios, sino en la azorada prensa reaccionaria y, principalmente, en el equilibrio inestable en que se halla colocado el gobierno Berenguer. Todo el problema gubernamental gira hoy alrededor del decreto de convocatoria de elecciones. También sobre ellas y la fecha de su firma gira hoy la actividad revolucionaria. Alrededor de ese acontecimiento político es donde se van perfilando los diferentes puntos de vistas de las fuerzas en acción. Los elementos burgueses antidinásticos van cohesionándolas ante la consigna de un boycott decidido a esas elecciones, que pondrían en grave aprieto a la monarquía. Claro que los republicanos no consideran esto suficiente para derribar al régimen, pero junto a ello tienen el elemento favorito de toda revolución de orden: el cuartelazo. Los social-fascistas siempre colocados en su trayectoria oportunista y dispuestos a colaborar con la burguesía si se les dan <<garantías>>. Garantías de que sus dirigentes seguirán disfrutando de magníficos empleos, se entiende.
Los anarco-sindicalistas, siguiendo su escuela filosófica de inactividad en todo lo que no sea lucha de clases, tienen un gesto de indiferencia para las elecciones y para la revolución. Me refiero a los dirigentes del anarquismo y sindicalismo que ya han venido dando muestras de una escasa visión del momento, frente a la tensión revolucionaria de las masas de que disponen, posiblemente las de mayor empuje en el elemento obrero organizado. Claro que esta actitud de no colaboración con la burguesía para hacer la revolución que aparece a simple vista la más adecuada a las finalidades obreras, supone precisamente la colaboración más eficaz que para la consecución de sus fines pueda desear la burguesía. Los republicanos – lo tienen ya manifestado repetidas veces – desean hacer una revolución de orden. Es decir cambiar solamente el nombre de Monarquía por el de República y continuar la misma organización estatal.
Estabilizar, por lo tanto, bajo la forma republicana un estado que se deshace bajo la forma monárquica. ¿Cuál debe ser el objetivo inmediato del proletariado? Indudablemente impedir esa estabilización. Los elementos proletarios deben partir de la suposición de que hoy, aunque es posible implantar un régimen socialista, sería completamente imposible sostenerlo. Pero entonces ¿cruzarse de brazos y dejar actuar a la burguesía? No, al contrario. Actuar con la máxima intensidad revolucionaria posible de manera que a la hora de estructurar el nuevo Estado no ocurra lo que quieren los republicanos de cambiar un nombre por otro y seguir como hasta aquí, sino que permita a las masas obreras imponer como situaciones legales, muchos de sus postulados. Entre otros: reconocimiento de la legalidad del partido comunista y de los sindicatos revolucionarios, reconocimiento del derecho de las regiones, a proclamar su independencia, supresión del veneno religioso, consecuencia de la plenitud de derechos civiles a los soldados, etc.
El partido comunista que posee el programa y la táctica más racionales de toda la organización obrera, lucha hoy contra esa ilegalidad que deben tender a romper los esfuerzos proletarios. Las causas de su escasa influencia sobre las masas obreras hay que buscarlas en las dificultades que le impone esa misma ilegalidad, y, principalmente, en el desmedido influjo que sobre la opinión española han tenido hasta hoy los teorisantes del anarquismo, latinos casi todos, en contraposición a los del comunismo, germano eslavos.
Urbanismo rural.
En todos los pueblos de la Gomera se destaca el desnivel existente entre la dinámica particular y los ayuntamientos. Esto lo hemos dicho ya en otras ocasiones. Los ayuntamientos se han retrasado en su labor, de ir satisfaciendo las necesidades que exigió cada período local, y hoy, se encuentran ante una serie de problemas, ante un amontonamiento de proyectos en trámite de muy difícil solución, no tanto por su número como sí por los escasos recursos de estas corporaciones. De aquí este desequilibrio general en toda la isla. De aquí también el que a cada paso tropecemos con imperiosas obras a realizar. Fijémonos ahora en caso concreto. Hermigua. Se está construyendo un puente en la playa. Era preciso para establecer la comunicación en invierno con el puerto, con el pescante. Pero se terminará el puente y sin embargo, si no se hace el camino que lo comunique con el pescante se continuará con el mismo problema. Ese puente no es más que una parte – la más importante, claro – de la obra total. Y ese camino debe comenzar. Y debe hacerlo el ayuntamiento. Y no, desde luego, con prestación personal como se ha venido haciendo hasta aquí, en lo poco que estas corporaciones se mueven. Si se aguarda a que el Cabildo dé el dinero para ello, tiempo tendremos que esperar. Y el puente sin camino es inútil. Creemos que la sociedad del pescante aportaría también al ayuntamiento alguna cantidad para la construcción de la vía indicada.
No estaría de más indicar al mismo tiempo, la gran conveniencia que supondría la construcción de un camino vecinal por la parte opuesta a la carretera, que partiendo del nuevo puente atravesara los barrios de Pedacitos, Llana de Campos, Gomeros, Nuevitas y las Poyatas, y terminará frente a la plaza del Valle alto.
Con el puente que habrá que construir para el paso al nuevo cementerio, son tres los que darían salida a este camino a la carretera. Esto sacaría a los barrios citados del aislamiento e incomunicación en que se hallan. Aparte de eso, hay la otra razón. Los terrenos por donde ha de pasar ese camino son, casi todos incultivables por ser laderas desprovistas de tierra y carentes de agua. Dado el exagerado precio alcanzado por los terrenos lindantes con la carretera, este camino será el campo de las futuras edificaciones por ser aquí los solares mucho más económicos. Ello beneficiará en particular a la clase obrera que hoy tiene que construir sus viviendas en los sitios más extraviados, ya que, por las modestia de sus recursos no puede pagar solares a precios exorbitantes.
Esto no obstante, lo más urgente hoy por hoy, es la construcción del otro camino, el del pescante.
Brindamos esta idea al ayuntamiento de Hermigua, y esperamos vean la manera viable de que esta aspiración se convierta en una realidad.
Lo exige una necesidad de un vecindario y de una zona agrícola importante y es lógico que se atienda esta idea, prestándole el calor que merece.

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