POR EL OJO DE LA LLAVE (I)

7 04 2019

REDACCIÓN. «Por el ojo de la llave». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de la Gomera. 30 de agosto de 1930. Año I. Núm. 3. Pág.6

Pero vamos a ver, señor Fernández Oliva, ¿cuándo va a terminar usted ese trozo de carretera?

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Señores consejeros del Cabildo, a dormir. Ya han trabajado bastante.

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El Cabildo de la Gomera. El Cabildo de la Gomera. El Cabildo de la Gomera. Hay que repetirlo muchas veces para darnos cuenta de que existe.

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Hemos recibido na partida de banderillas de fuego. Vayan bajando el morro los caciques.

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«Gaceta de Tenerife» va camino de la gloria. Para el viaje llevará un cesto de peras escogidas en un olmo.

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Don Andrés Arroyo y González de Chavez, ex diputado por Tenerife, consejero delegado de la Compañía Transmediterránea en Tenerife, autor del proyecto de comunicaciones marítimas interinsulares y otras cosas más, está en Madrid haciendo de las suyas.

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El Cabildo de la Gomera se opuso en un principio al Consorcio almadrabero. Luego lo apoyó. Aquí puede cantarse aquello de

Al tira y encoge

perdí mi caudal,

al tira y encoge

lo volví a ganar.

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Un periódico debe elogiar. Conformes. Hagan algo y elogiaremos.

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Leemos: los partidos políticos de la Gomera… Y nosotros traducimos: merienda de negros

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Los cacicatos son hereditarios. Y los palos también.

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¿Cuál es el ayuntamiento de la Gomera que todo lo que recauda es insuficiente para pagar sus multas? ¿Por el norte? Frío. ¿Por el sur? Caliente.

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Los campesinos de la Gomera no son hombres, son votos. Así piensan los caciques.

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¿Qué pasará en Florencia? ¿Y en Filipinas?

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¿Por qué dirán los gomeros «Dios te libre de médico y botica»?

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Hemos contemplado a los ayuntamientos por el ojo de la llave. Y más nos valiera no haber mirado.

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Con gusto pondríamos a los caciques en los cuernos de la luna. Y aun nos parecerían demasiado cercanos.

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Esto es el reinado de los ex y de los pro. Ex diputado. Ex ministro. Ex presidente. Pro-Gomera. Pro-amnistía, Pro-cacique. Parece que el presento no existe.

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Leemos: mejoría de la peseta. ¿Le habrán puesto fomentos tibios?

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«Alí Babá y los cuarenta bandoleros» tuvo por escenario la Gomera. Y aun quedan descendientes.

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«Todo el ámbito hispánico es una vasta confederación de caciques». Es en lo único que nuestra isla ha marchado unida al movimiento nacional.

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Y del Hospital de San Sebastián, no tiene nadie algo que decir?

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Los pueblos de la Gomera tienen en su mayoría luz eléctrica. Nadie lo creería habiendo tantos faroles. ¿Estarán apagados?





ANECDOTARIO POLÍTICO

7 04 2019

REDACCIÓN. «Anecdotario político». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de la Gomera. 30 de agosto de 1930. Año I. Núm. 3. Pág. 6

Hace unos años próximamente – lejanamente – envió el Gobierno un ingeniero para que inspeccionase las obras públicas de la Gomera. En aquel tiempo ¿qué carreteras íbamos a tener para una visita tan solemne si aun hoy no tenemos casi nada?

Ello nos dice que el Gobierno creyó que con las cantidades libradas para comunicaciones terrestres en la isla, habría obras suficientes para justificar una inspección. ¿Pero dónde estaban las vías correspondientes a las pesetas concedidas? Misterios del alma humana. ¡Maravilloso juego de prestidigitación. Si hubiésemos tenido un «Diablo cojuelo» que fuese abriendo bolsillo por bolsillo! ¡Si se hubiera ordenado un cacheo!.

Pero el ingeniero llegó a la Gomera. Es decir. A sus aguas. Porque el enviado oficial no quiso molestarse a descender a tierra. Cogió miedo a lo recio de nuestro paisaje con sus pescantes tendidos al horizonte. Y él seguramente no era hombre deportivo. Acaso tal vez los malversadores de las cantidades libradas le pintaron un desembarcar dantesco y él no quería saber nada de divinas comedias. Prefirió hacer «la comedieta de Ponza». Prefirió la comodidad de que la tierra se acercase a sus ojos en los rieles de unos prismáticos. Si Mahoma lo hubiese conocido no hubiera tenido necesidad de ir a la montaña y hubiese quitado la originalidad a nuestro inspector.

Y todos tan conformes. Y la Gomera se salvó.





NOTAS DE HERMIGUA

7 04 2019

REDACCIÓN. «Notas de Hermigua». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. 30 de agosto de 1930. Año I. Núm. 3. Pag.5

Víctima de penosa enfermedad ha dejado de existir en esta localidad, la señorita Leonor Trujillo Cubas, hermana de nuestros amigos don Gumersindo y don Luis Trujillo Cubas, hermana de nuestros amigos don Gumersindo y don Luis Trujillo Cubas a quienes enviamos nuestro más sentido pésame, que haremos extensivo a sus familiares en general.

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Hace pocos días se despeñó por el sitio denominado el Curato un camión Ford, propiedad de los señores Trujillo Hermanos, sin que afortunadamente hayan ocurrido desgracias personales.

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Continúa enfermo de algún cuidado el señor D. Pedro Ascanio Trujillo.

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Ha sido nombrado Secretario interino en este Ayuntamiento D. José Galván Gutiérrez.

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También han sido nombrados con caracteres interinos en los cargos de oficial 1º. Y Agente Recaudador de la misma corporación a D. Miguel Padrón Hernández y a D. Armando Bayoll Fagundo.

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Ha llegado a esta localidad nuestro amigo y agente de la Equitativa de Madrid.





NOTAS LOCALES

7 04 2019

REDACCIÓN. «Notas locales». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. 30 de agosto de 1930. Año I. Núm. 3. Pag. 5

Se encuentra en esta capital nuestro querido amigo don José Trujillo Santos.

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Ha llegado de Agulo nuestro joven comerciante don Ángel Fragoso.

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Para la Gomera han hecho viaje don Nicolás Cabrera, don Domingo Mora y Mora y don José Trujillo Salazar.

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Hemos tenido el gusto de saludar a don Manuel García Barroso y su distinguida hermana Paquita.

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En el vapor Niágar llegó de la isla de Cuba don Mauricio Méndez Mora.

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Nuestro distinguido amigo don José María Segura Adell, representante exclusivo para esta provincia de la casa Fernández y Canivell, de Málaga, productora del alimento vegetariano completo universalmente conocido, Ceregumil, tiene la atención de comunicarnos que el Presidente de la República del Perú ha clausurado la segunda Exposición Nacional de Higiene aneja al sexto Congreso Panamericano del Niño, celebrada en Lima, concediendo al “Ceregumil” la más alta recompensa consistente en la Medalla de Oro.





DEL CONSORCIO ALMADRABERO

2 04 2019
REDACCIÓN. «Del consorcio Almadrabero». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera.30 de agosto de 1930. Año I. Nº 3. Pag. 2.
Hemos tenido una estirada protesta, suscrita al parecer por un núcleo de marinos de San Sebastián de la Gomera, contra el editorial que bajo el título de «El Consorcio almadrabero» publicamos en nuestro número anterior.
Y creánnos los firmantes que sentimos no poder publicar su memorial. Veremos si de otra vez podemos complacerles. Y no lo publicamos por varias razones. Es una aquella misma que expuso el diario «La Tarde» comentando el robusto articulazo: «por no adaptarse a las normas de confección de este periódico». Nosotros añadimos que el estilo periodístico no puede prostituirse con el protocolario que se emplea en los informes oficiales. Es otra, la de que hemos llevado el nombrado artículo a un perito calígrafo y este dictaminó que las diecisiete firmas que lo abonan están hechas, cuando más, por tres personas, con lo cual queda descubierta una baja intriga de intereses ocultos. Nuestra seriedad para asuntos de esta índole nos veda hacer los duros comentarios que son de rigor en estos casos y ya se encargará el procurador a quien hemos entregado el tal documento de esclarecer el negro paño sobre el que fué bordado.
Pero todo esto no es obstáculo para que entremos en el laberíntico túnel en que se argumenta la protesta.
En primer lugar, dicen los firmantes – y es lo mismo que sean tres, diecisiete o dos mil – que se oponen a nuestro editorial y que ellos quieren que el consorcio se emplace en la isla por creerlo de grandes beneficios y el cual «habría de acabar con el lok-oud que por los actuales dueños de las factorías se viene sosteniendo en contra de nuestros intereses».
Pues bien, nosotros, en contra de ustedes, decimos que no traerá a la larga beneficios el Consorcio, aun cuando sí de momento. Y con eso de acabar con el inicuo lok-oud, está bien, muy bien y nosotros aplaudimos. Pero que acabe de la única manera que debe acabar: por nuestras propias manos. Por una cerrada organización de pescadores. Y ya diremos en otro número – o en un manifiesto especial – el modo en que ha de constituirse y el procedimiento a seguir para libraros de una esclavitud ignominiosa.
Conocemos perfectamente la exclusión en Canarias en el monopolio de almadrabas. Y no perderemos tiempo en leer los citados decretos nuevamente porque nos interesa más la lectura de los líderes del pueblo, de las fórmulas para una nueva cimentación social. Y es en nombre de ella por quien rechazamos todos estos monopolios tentaculares.
¿Qué ustedes no ven los beneficios de que hablábamos en nuestro editorial? Bien sabemos que esa isla no es la de Jauja. Y si anda mal, lejos de combatirnos a nosotros que sólo deseamos ponerla bien, lo justo sería la unión de nosotros todos – obreros y universitarios – para poder levantarla y destronar a esos bichos capitalistas, más peligrosos que los riesgos de nuestras faenas marítimas.
No queremos continuar analizando disparates y dando categoría a los embaucadores de una clase digna de mejor suerte. Pero ya continuaremos. Y que no se olvide que vemos muy bien – transparentemente – en esta protesta, el anzuelo de dos o tres o más personas interesadas por el Consorcio, mal disimulado con la camada de diecisiete firmas pseudomarineras.




EDITORIALES (SOBRE REGIONALISMO, LA CARRETERA DE AGULO A HERMIGUA Y EL OBRERO Y EL TRIBUTO)

29 03 2019
REDACCIÓN. «Editoriales». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de la Gomera. 30 de agosto de 1930. Año I. Núm. 3. Pag. 1.
Sobre regionalismo.
Dice Ortega y Gasset en sus «Meditaciones del Quijote» que existe un problema allí donde late una oposición. Y problema es este de la unidad regional, tan incomprendido, tan mal estudiado.
Problema básico para el archipiélago canario pueda irradiar con la máxima intensidad sus latentes energías atlánticas. Y es desconsolador el ver que cada vez que se aborda un tema tan capital. Se haga más ancho el tajo entre las islas, sacando a relucir un negro historial de primacías y apasionamientos bastardos, reveladores de una paupérrima constitución intelectual, que incapacita a los voceadores para bregar en estos torneos insulares. Es el «Diario de Las Palmas», comadrón y chato, el que siempre interviene con su peculiar afonismo en estas lides regionales para derribar las tímidas piedrecitas con que la previsión consciente de otros van jalonando la marcha hacia la unión de las islas. «La Tarde» enfoca más elevadamente el asunto, entre el silencio de los demás periódicos tinerfeños, sobre todo de aquel que, por ser exaltador de los «magos» artísticos, aprendió modos de campesino. De esos campesinos tachados de ingenuos, de simples, de cazurros. Con el regionalismo hay un fenómeno de miopía colectiva, (media docena de excepciones no vulneran la regla general) sin darse cuenta de que mientras éste continúe descentrado, descentradas continuarán las direcciones expansivas por las que fluye y se define la contenida vitalidad de un pueblo. Nuestra situación, es la de un velero al pairo sin poder alcanzar los puertos luminosos que lo cercan. Y es preciso encauzar nuestras actividades actuales y traducir aquellas otras – elevándolas del plano potencial al de la acción – que por haber encontrado un medio perjudicial a su desarrollo, propicio al enquistamiento, han permanecido recluidas en sus primitivos ovarios impolutos.
Pero el tema de la unidad regional debe tratarse, por lo viciado de la atmósfera envolvente, propensa al vibrar de la discordia, con un puro cuidado, con una delicadeza sumamente estilizada si no se quiere levantar la polvareda gris de siempre.
La necesidad de una comunidad insular es axioma indiscutible. El procedimiento de llevarla a cabo es lo esencial a resolver. Porque el hecho de la rivalidad existe fuertemente adherido en los dos sectores. Esa rivalidad se condensa en la supremacía de Santa Cruz y Las Palmas, como capitales. Ninguna se tolera a la otra ser el foco central. De aquí parte todo. Esta es al raíz del problema. Y la solución final está dentro de casa. Los Cabildos son las instituciones salvadoras. Que la región se administre por si misma, que los Cabildos sean entidades más amplias, a manera de organismos estatales, y que ellos sean los encargados de la administración en cada isla. Estos Cabildos pudieran luego constituir una federación para los asuntos generales y cada uno de ellos hiciesen en su isla la labor que creyesen más oportuna.
En otro artículo seguiremos ampliando esta última parte de este editorial.
La carretera de Agulo a Hermigua.
Si nosotros fuésemos superticiosos creeríamos a pie juntillas en la sombra de unas alas fatídicas entoldando el cuelo de la Gomera. Ni de casualidad suena en ella la flauta de una mejora. Y cuando alguna se acerca repleta de sonrisas y abrimos al optimismo las cerradas ventanas de nuestros días cansados, es para volverlas a cerrar inmediatamente con el golpetazo violento de una desilusión.Tal sucede con las carreteras. Después de pedir inútilmente a los poderes públicos, después de arrastrarnos suplicantes a los pies de corporaciones nefastas, después de gritar continuamente a los para nosotros sordos ministerios, en una cantinela grotesca, después de pasar por vejaciones indignas para un hombre que dice ser libre, recogemos un trocito de carretera, que viene a ser el chocolate del loro, dejado caer más para acallar nuestra majadería pedigüeña que por la voz de la justicia y el mandato de la moral. Y aún el pueblo, después de todo esto, repica campanas, quema cohetes, se abruma de alegría y pregona un renacentismo insular.
Hay para troncharse de risa. Luego las subastas y los rematadores. Los rematadores siguen un método en armonía con la límpidez con que nos fué otorgada la carreterita. Este contratista que nos cayó en el trozo del pueblo de Hermigua al de Agulo es algo inconmensurable, un modelo de actividad y un ejemplar difícilmente clasificable. El señor Fernández Oliva abusa de su buena voluntad y no debe malgastarla de ese modo. Es preciso graduar los registros del trabajo, sobre todo emplear los calderones y los retardandos para no agotar la rica mina de sus energías. Nosotros no podemos consentir tanto sacrificio, tanto abandono de su persona en provecho de las comunicaciones de una isla. Es malgastar bríos para otras labores de la tierra.
La salud puede resentirse con tantas horas de sol, vigilando siempre a la numerosa cohorte de obreros que tiene a sus órdenes. Nosotros no queremos que nos remuerda la conciencia si un día le ocurriese algún percance por su recto proceder. El elogio se desborda hacia el contratista a quien tanto – ¡tanto! – debemos los pacientes hijos de la Gomera. Luego las obras de carreteras están admirablemente terminadas.
Es de notar la consistencia de los muros que salvaguardian a los vehículos del peligro de las fugas y tantos otros detalles que pregonan un desvelo continuo en el activismo contratista.
Es de esperar que este ejemplo sea imitado por los nuevos rematadores. Pero, ¿por qué comenzaríamos hablando de unas alas fatídicas entoldando el cielo de nuestra isla?
El obrero y el tributo.
Es evidente la triste y aflictiva situación porque atraviesa, en San Sebastián, la clase proletaria. La mayoría de los obreros carecen de trabajo. No tienen donde ganar un jornal. Los dedicados a las faenas agrícolas han perdido, en su mayor parte, las cosechas, sin que los beneficios obtenidos alcancen a sufragar los gastos del cultivo. El hambre y la miseria invaden los hogares. Y no obstante la penosa situación en que se encuentran las clases menesterosas, se les exigen tributos y se les obliga a pagar repartos. Repartos que no pagan, no por no querer, sino por no poder. Careciendo de pan para el hogar, no pueden contar con recursos para pagar tributos. Ninguna de estas circunstancias se han tenido en cuenta. Se procede contra el obrero y se le embarga el animal, la yunta, el elemento indispensable para su medio de vida. Más, no se procede contra ciertas personas de significación – en la Gomera -; pero de poca significación como contribuyentes, por ostentar el cargo de caides del partido. Las autoridades, seguramente, no se habrán dado cuenta cabal del caso que nos ocupa. Procede que se suspenda el cobro del reparto a las clases obreras, mientras dure la grave situación en que se hallan. Es deber de conciencia y deber de civismo. Es mandato de la ley humana, que es la ley fundamental de todas las leyes.




HACIA NUEVOS HORIZONTES

29 03 2019
ASCANIO, Guillermo. «Hacia nuevos horizontes». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de La Gomera. 10 de octubre de 1930. Año I. Núm. 7. Pág. 1 y 2.
¿La organización del Estado español en todas sus esferas y ramificaciones, desde el círculo nacional a los municipales, cumple hoy su cometido con arreglo a lo que un pueblo medianamente civilizado debe exigirle? Es decir, ¿la actual organización política, administrativa y social del Estado, de las provincias y de los municipios españoles, tienen o pueden tener la eficacia necesaria para satisfacer las necesidades del pueblo?
No creo que pueda pensarse en otra contestación que la rotundamente negativa ya que los hechos que a la vista de todos se han venido desarrollando en nuestra nación, han desacreditado hasta la saciedad a los sistemas y a sus hombres representativos.
La sucesión de fracasos en la gobernación del Estado español, que tienen una culminación actual, es algo que sería suicida achacarlo sólo a ineptitudes y venalidades personales. Es el fracaso total de un régimen y sería engañarnos tontamente pretender que ese mismo régimen con reformas más o menos estúpidas sea la salvación del país. Los políticos españoles (los políticos de todas las esferas; los nacionales, los provinciales, los locales) han venido enseñando a la nación, dentro y fuera del gobierno, de una manera que no deja lugar a dudas que la capacidad de la actual organización estatal para resolver los problemas del país es prácticamente nula.
Pero es que si la práctica gubernamental ha venido desacreditando, la teoría no abona ni mucho menos, que esa organización sea un dechado de perfecciones. Es formidable que se pretenda cantemos las excelencias de un régimen en que el control que la masa puede ejercer sobre el organismo estatal es completamente nulo. En un país con un 60 por ciento de análfabetos, políticamente adaptable siempre al que disponga de los resortes del poder y en que la escasa acción que los elementos conscientes puedan ejercer sobre las entidades públicas se verifica por la vía indirecta del sufragio, era inevitable la aparición del cáncer caciquil, consecuencia lógica de esa indefección de las masas frente a la máquina burocrática.
Un ejemplo en nuestra isla, podrá convencerme. La reciente aprobación del convenio del Cabildo con el Estado ha creado la posibilidad de construir en breve plazo la carretera de Vallehermoso a San Sebastián. Con arreglo al proyecto de convenio de ejecución de esas obras puede quedar a cargo de la Corporación insular. Supongamos que sucede así. En la conciencia de todos está lo que habría de ocurrir; la desesperable cantinela de las O.P se repetiría una vez más en la Gomera. Pero bien, yo no quiero afirmar que suceda así;quiero solo suponerlo, y en ese caso ¿qué acción puede ejercer la isla sobre el Cabildo para evitarlo? Con eficacia inmediata ninguna. En realidad los medios de intervención directa del pueblo sobre las corporaciones públicas son entre nosotros desconocidos. Los indirectos (sufragio, denuncias, protestas, etc.) ya hemos visto que aun teóricamente tienen una eficacia limitada.
En la práctica no nos servirán para nada las elecciones, ni las denuncias, ni las protestas. En la Gomera de todo eso hemos tenido y el resultado está a la vista.
¿Soluciones? Influir sobre la masa del pueblo hasta lograr que la fuerza expansiva de sus ideas rompa los moldes en que se ha venido desenvolviendo. Pero esa influencia para que tenga verdadera eficacia ha de demostrar claramente al pueblo el camino de la evolución hacia un tipo de organización en que el control que los ciudadanos pueden ejercer sobre los organismos ejecutivos sea continuo y de una eficacia indudable. Con los sistemas actuales en que la intervención ciudadana se verifica en forma, a plazos largos y con una eficacia muy dudosa, no es rara la indiferencia del pueblo que tanto lamentamos.
Tras una etapa – primera – floreciente, pródiga en sonrisas captadoras de simpatías, en el transcurso de la cual se eliminan competidores, adviene una segunda mandarina, despótica y expoliadora de los oprimidos. Es hasta la fecha lo que hacen las empresas. Tender siempre al monopolio, haciendo para ello quebrar las industrias del mismo ramo. Y así seguirá sucediendo siempre porque el egoísmo interesado, el acumular riqueza es el único defecto sangriento que liga a los hombres. Por eso nosotros no queremos que una isla tan reducida como la Gomera se entregue en manos de una empresa poderosa porque ello equivaldría a hipotecarla eternamente.
No creamos que la miel viene a caernos sobre hojuelas. Sino que la desconfianza debe anticiparse al establecimiento de esa empresa y que si viene – contra lo irremediable no se puede hacer nada, mientras un régimen aún hoy en capullo no reflorezca en la práctica y tome carta de efectividad – se tengan preparado el mayor número de puertecillas de escape y defensa. Sin un sindicato organizado de marineros – es lo menos que se puede pedir para contrarrestar su aspiración absorbente – es entregar a planos extrañas nuestra intimidad de oro. Por esto más que nada nos duele el advenimiento del Consorcio. La miopía gomera asimila y se deja embaucar con los por sin pensar ni atajar los contras. Y no es de persona culta y mucho menos moral el actuar de forma que pudiera – y es lo más corriente – dañar a un pueblo para favorecer dos o tres personas particulares. Explicada queda así nuestra actitud. Y mientras los propulsores del Consorcio continúen aceptando con ojos extrávicos encontrarán en nosotros la antena vigilante que conduce a una oposición sostenida. Nuestra clase obrera merece ya el defensor que nunca tuvo.
Enseñanza.
Dos casos verdaderamente lamentables tenemos que denunciar ante el señor Inspector de primera enseñanza. Dos casos cuya sola consideración llena de oprobio a los pueblos en que han ocurrido, pero sobre todo a sus autoridades que le han venido consintiendo. Uno, el de Alajeró, con un maestro interino de la peor especie de los analfabetos que ha venido teniendo a su cargo el desarrollo espiritual de una generación de ese pueblo. Ese maestro parece ostentar su cargo con el exclusivo fin de abochornar al Magisterio canario y a todos los gomeros con un resto de dignidad.
El otro, la misma interinidad con carácter perpetuo, al parecer, de dos escuelas de Agulo. Y aunque ninguno de estos interinos tenga la «categoría» del de Alajeró, es incalculable el daño que se infiere a un pueblo en que la enseñanza se halla a cargo de personas cuya competencia es más que dudosa.




IMPRESIONES DE UN VIAJE

28 03 2019
LÓPEZ TORRES, Domingo. «Impresiones de un viaje». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de La Gomera. 30 de septiembre de 1930. Año I. Núm. 6. Pág. 2.
Desembarcar en San Sebastián es lo menos gomero que tiene la Gomera. Es tan desalentador ver aquel puerto – sin puerto – pegado a la montaña. Una montaña de colores sucios donde ningún desembarco puede ser afectuoso. Todo sombrío, el puerto parece que tiene miedo de que lo vea la ciudad. Viendo la playa, las palmeras y la torre del conde, parece que San Sebastián duerme tranquilamente un sueño de siglos.
La Playa de Santiago, abierta completamente al mar, con su loma de Tecina – porque Tecina pertenece a la Playa de Santiago, a pesar de la exorbitante extensión municipal de San Sebastián – es el pueblo más pintoresco de la Gomera. Las casas se van alongando unas encima de otras para no perder un horizonte floreciente. Cuando termine de su oración bajará el ascético ayuntamiento de Alajeró a la Playa, consciente en su misión de urbanización, a presentar esa avenida, esa calle – ciudad y mar – que la Playa de Santiago está pidiendo a gritos.
Valle Hermoso sería el valle más hermoso de la Gomera, si no se llamase Valle Hermoso. (España empezó a dejar de ser grande cuando se dió cuenta de que era grande). Es el pueblo donde, a pesar de los años, «todo está igual, parece que fué ayer»; y sin embargo es de los pueblos más ricos de la isla. Valle Hermoso parece que no nació para vivirlo, sino para explotarlo. Cerrado completamente de montañas de luces velazquinas (como la Sierra del Guadarrama) el espíritu tiene que ascender retorciéndose para saltar por encima de las montañas si no quiere perderse en el laberinto de lo mezquino. Pero Valle Hermoso tiene la juventud más preocupada por la isla, y ya es bastante. Si algo grande espera la Gomera, debe esperarlo de esta juventud de ahora interesada por todo lo que se sea civismo y ciudadanía, que no es caciquismo y patriotería.
Agulo, pegado a una montaña perpendicular, es enormemente sombrío. Todas las casas agrupadas parece esperan el momento en que se les venga encima la montaña. Así las pequeñas voluntades parecen estar pendientes de la única voluntad de Agulo. Los dioses crecen a la sombra del mito; así el de Agulo a la sombra del mimetismo.
Ya estamos en Hermigua. Hermigua es el pueblo de más porvenir de la Gomera; el más rico. Tiene el semblante sonriente – verde claro, verde oscuro – de la platanera. Sus escalas verdes ascienden por todas partes. Es el llamado a ser la capital de la Gomera.
Después de mí crucero alrededor de la isla recuerdo jubiloso aquel día de pesca en las playas de Arguamul, y, con pena, aquel monte verde y lejano, como una primavera de Boticelli, que se vé entre los dos roques de Hermigua. La Gomera no ha de dar sólo rencillas y plátanos; en nuestra misión de alentar el espíritu juvenil de nuestras islas, como altavoz del lejano stadium donde se fraguan nuestros destinos, florecieron amistades para las que guardo, toda mi gratitud y todo mi afecto.
Domingo López Torres.
Santa Cruz de Tenerife.




PANORAMA POLÍTICO ESPAÑOL

26 03 2019
ASCANIO, Guillermo. «De Barcelona. Panorama político español». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de La Gomera. 10 de diciembre de 1930. Año I. Núm. 10. Pags. 1 y 2.
Autonomía regional.
En un artículo publicado en «La Provincia», de Huelva, por el doctor Marañón, titulado «¿Centralismo o autonomía?», se enfoca, con un sentido biológico, este tema, que hemos colocado nosotros como centro para una estructura de las islas.
En el citado artículo dice – haciendo un estudio comparativo entre el cuerpo humano y la nación – que los miembros del cuerpo no pueden ser partes autónomas por estar sometidos a la esclavitud de los centros por los vasos y por los nervios». Y que los pueblos «no pueden ser tampoco cotos aislados del corazón y cerebro centrales, unidos sólo a estos por la trama administrativa». Pero como todo órgano realiza un acto específico, hoy «una capital de provincia tiene intereses casi exclusivamente locales. Pero, en cambio, no puede moverse sin contar con Madrid». Y el ideal sería que «sus intereses locales estén imbuidos de un enérgico interés nacional; pero que se mueva, que aliente y que respire con sus miembros, con su corazón, con sus pulmones y no con los de la lejana capital del Estado».
Aquí hay un fallo. En un régimen como el actual, un espíritu liberal ha de sentir así. También con otro régimen encajaría esta visión, para lograr una completa unidad nacional. Pero no es imprescindible esa esclavitud en los centros nerviosos de las provincias. De muchas sí, pero de todas no. Porque el organismo humano crece por intusucección y los pueblos crecen por yuxtaposición. De aquí el que puedan tener corazón, miembros y pulmones absolutamente autónomos algunas provincias. Canarias es un ejemplo. Habrá sí, la esclavitud menor que lleva en sí la vida de relación. Pero ésta la tienen también – unas con otras – las naciones. De modo que hay aquí una puerta a una más libre esperanza. Ya está reconocida en la Geografía: Canarias pertenece políticamente a España y geográficamente a África. Y aun pudiéramos añadir: Y económicamente al extranjero. Con ello queda dicho que hay mucho que centrar. Esta dispersión es la bancarrota de las islas ¿Se entenderá a dónde queremos ir a parar?
Estas ideas en estilo de claro-oscuro destacan en pensamiento limpio.
El actual panorama de la vida española tiene una clara sintetización: Revolución. En todos lados la revolución está en marcha. La tensión espiritual de las masas ha dio subiendo en rápido crescendo desde la caída de la primera dictadura hasta límites insospechados. La revolución se puede constatar no ya en los periódicos de la burguesía y proletariado revolucionarios, sino en la azorada prensa reaccionaria y, principalmente, en el equilibrio inestable en que se halla colocado el gobierno Berenguer. Todo el problema gubernamental gira hoy alrededor del decreto de convocatoria de elecciones. También sobre ellas y la fecha de su firma gira hoy la actividad revolucionaria. Alrededor de ese acontecimiento político es donde se van perfilando los diferentes puntos de vistas de las fuerzas en acción. Los elementos burgueses antidinásticos van cohesionándolas ante la consigna de un boycott decidido a esas elecciones, que pondrían en grave aprieto a la monarquía. Claro que los republicanos no consideran esto suficiente para derribar al régimen, pero junto a ello tienen el elemento favorito de toda revolución de orden: el cuartelazo. Los social-fascistas siempre colocados en su trayectoria oportunista y dispuestos a colaborar con la burguesía si se les dan <<garantías>>. Garantías de que sus dirigentes seguirán disfrutando de magníficos empleos, se entiende.
Los anarco-sindicalistas, siguiendo su escuela filosófica de inactividad en todo lo que no sea lucha de clases, tienen un gesto de indiferencia para las elecciones y para la revolución. Me refiero a los dirigentes del anarquismo y sindicalismo que ya han venido dando muestras de una escasa visión del momento, frente a la tensión revolucionaria de las masas de que disponen, posiblemente las de mayor empuje en el elemento obrero organizado. Claro que esta actitud de no colaboración con la burguesía para hacer la revolución que aparece a simple vista la más adecuada a las finalidades obreras, supone precisamente la colaboración más eficaz que para la consecución de sus fines pueda desear la burguesía. Los republicanos – lo tienen ya manifestado repetidas veces – desean hacer una revolución de orden. Es decir cambiar solamente el nombre de Monarquía por el de República y continuar la misma organización estatal.
Estabilizar, por lo tanto, bajo la forma republicana un estado que se deshace bajo la forma monárquica. ¿Cuál debe ser el objetivo inmediato del proletariado? Indudablemente impedir esa estabilización. Los elementos proletarios deben partir de la suposición de que hoy, aunque es posible implantar un régimen socialista, sería completamente imposible sostenerlo. Pero entonces ¿cruzarse de brazos y dejar actuar a la burguesía? No, al contrario. Actuar con la máxima intensidad revolucionaria posible de manera que a la hora de estructurar el nuevo Estado no ocurra lo que quieren los republicanos de cambiar un nombre por otro y seguir como hasta aquí, sino que permita a las masas obreras imponer como situaciones legales, muchos de sus postulados. Entre otros: reconocimiento de la legalidad del partido comunista y de los sindicatos revolucionarios, reconocimiento del derecho de las regiones, a proclamar su independencia, supresión del veneno religioso, consecuencia de la plenitud de derechos civiles a los soldados, etc.
El partido comunista que posee el programa y la táctica más racionales de toda la organización obrera, lucha hoy contra esa ilegalidad que deben tender a romper los esfuerzos proletarios. Las causas de su escasa influencia sobre las masas obreras hay que buscarlas en las dificultades que le impone esa misma ilegalidad, y, principalmente, en el desmedido influjo que sobre la opinión española han tenido hasta hoy los teorisantes del anarquismo, latinos casi todos, en contraposición a los del comunismo, germano eslavos.
Urbanismo rural.
En todos los pueblos de la Gomera se destaca el desnivel existente entre la dinámica particular y los ayuntamientos. Esto lo hemos dicho ya en otras ocasiones. Los ayuntamientos se han retrasado en su labor, de ir satisfaciendo las necesidades que exigió cada período local, y hoy, se encuentran ante una serie de problemas, ante un amontonamiento de proyectos en trámite de muy difícil solución, no tanto por su número como sí por los escasos recursos de estas corporaciones. De aquí este desequilibrio general en toda la isla. De aquí también el que a cada paso tropecemos con imperiosas obras a realizar. Fijémonos ahora en caso concreto. Hermigua. Se está construyendo un puente en la playa. Era preciso para establecer la comunicación en invierno con el puerto, con el pescante. Pero se terminará el puente y sin embargo, si no se hace el camino que lo comunique con el pescante se continuará con el mismo problema. Ese puente no es más que una parte – la más importante, claro – de la obra total. Y ese camino debe comenzar. Y debe hacerlo el ayuntamiento. Y no, desde luego, con prestación personal como se ha venido haciendo hasta aquí, en lo poco que estas corporaciones se mueven. Si se aguarda a que el Cabildo dé el dinero para ello, tiempo tendremos que esperar. Y el puente sin camino es inútil. Creemos que la sociedad del pescante aportaría también al ayuntamiento alguna cantidad para la construcción de la vía indicada.
No estaría de más indicar al mismo tiempo, la gran conveniencia que supondría la construcción de un camino vecinal por la parte opuesta a la carretera, que partiendo del nuevo puente atravesara los barrios de Pedacitos, Llana de Campos, Gomeros, Nuevitas y las Poyatas, y terminará frente a la plaza del Valle alto.
Con el puente que habrá que construir para el paso al nuevo cementerio, son tres los que darían salida a este camino a la carretera. Esto sacaría a los barrios citados del aislamiento e incomunicación en que se hallan. Aparte de eso, hay la otra razón. Los terrenos por donde ha de pasar ese camino son, casi todos incultivables por ser laderas desprovistas de tierra y carentes de agua. Dado el exagerado precio alcanzado por los terrenos lindantes con la carretera, este camino será el campo de las futuras edificaciones por ser aquí los solares mucho más económicos. Ello beneficiará en particular a la clase obrera que hoy tiene que construir sus viviendas en los sitios más extraviados, ya que, por las modestia de sus recursos no puede pagar solares a precios exorbitantes.
Esto no obstante, lo más urgente hoy por hoy, es la construcción del otro camino, el del pescante.
Brindamos esta idea al ayuntamiento de Hermigua, y esperamos vean la manera viable de que esta aspiración se convierta en una realidad.
Lo exige una necesidad de un vecindario y de una zona agrícola importante y es lógico que se atienda esta idea, prestándole el calor que merece.




COMUNICACIONES

26 03 2019
REDACCIÓN «Comunicaciones». Altavoz. Decenario de la Juventud Gomera. San Sebastián de La Gomera. 10 de agosto de 1930. Año I. Núm. 1 Pag. 1 y 4.
Al tratar de enjuiciar – de encauzar también, en lo que con nuestra actuación sea factible – este problema de las comunicaciones marítimas, hoy planteado, quisiéramos precisar contornos y características de actuación que con él se han relacionado y que se perfilan, probablemente en todos los que de índole insular existen en la Gomera.
Insistentemente se ha venido tratando en diversos sectores insulares de la reforma de las comunicaciones marítimas y hasta en algunos sitios se han manifestado particularmente tendencias y aspiraciones con aceptable orientación. Todo pecando – como ya es característico en nuestro pueblo – de la necesaria ligazón insular-interinsular, hemos tachado, – que pudiera conferirles la deseada eficiencia. Y contrastando con ese ambiente – ¿oponiéndose a él? – la falta de energía – la total ausencia – mejor – en la acción de nuestras Corporaciones. Saltando sobre los Ayuntamientos – no sobre su intervención, que en este asunto no han tenido ninguna – el Cabildo era quien estaba obligado, como actuación mínima de intolerable reducción, a dar la necesaria unidad a las aspiraciones gomeras. No lo ha hecho, que sepamos.
¿Qué concepto tendrán – tendrán y habrán tenido – sus componentes de las obligaciones que les impone su permanencia en aquel organismo? Una explicación: El Cabildo – el presidente en su nombre – manifestó no ha mucho «que no admitía ingerencias extrañas en su actuación».
Realmente no puede causar extrañeza el que estas cosas ocurran porque todo ello está muy bien encajado en las normas «upetistas» que nos han venido rigiendo. Esto de ahora no sabemos si será «upetista». Desde luego utopista no es, ¡porque esto no son utopías! En fin, que lo que sea ya lo iremos sabiendo a su debido tiempo.
Al hablarse de la reforma de dichos servicios se da por sentado que entra en los cálculos de la Compañía el aumentar a semanal el servicio directo Tenerife-Gomera que actualmente ejecutan bimensualmente los vapores de la línea principal Esto aún sin creer que sea una satisfacción rotunda a las necesidades gomeras, lo creemos aceptable, en principio. Y decimos en principio porque para que ese aumento de expediciones directas tenga efectividad práctica es absolutamente necesario que la escala de sus vapores en San Sebastián coincida – tanto a la ida como al retorno – con los de la línea comercial para efectuar allí el trasbordo de los pasajeros que vayan a los restantes puertos de la isla. No nos cansaremos de insistir sobre ese punto y de pedir que la Compañía aclare debidamente si es esa su intención o se trata sólo de aumentar las expediciones directas con San Sebastián – ignoramos con que fin, pues no creemos que solo el pasaje de la capital justifique a ojos de la Compañía ese aumento -, ya que para los demás pueblos de la isla esto es cuestión de tener comunicaciones o no tenerlas, pues llegados a San Sebastián, con la carencia de vías interiores, se hallarán sus habitantes más lejos de ellos – al menos en función del tiempo – que de Santa Cruz de Tenerife.
Los servicios comerciales además de cumplir su misión por lo que respecta al tráfico mercantil habrán de tener la necesaria eficiencia en cuanto a pasajeros se refiera. Enlazados a este efecto sus vapores en San Sebastián con los de la línea principal e incluída la escala en Santiago – que a nuestro juicio debe reclamar toda la isla – quedarían unidos semanalmente todos sus puertos entre sí y con el directo a Santa Cruz de Tenerife.
El que el puerto de entrada y término de los comerciales sea Hermigua en lugar de San Sebastián, como parece se ha solicitado, resulta completamente descabellado, ya que ello llevaría aparejado el que también lo fuese de los principales y por lo tanto lugar de trasbordo para el pasaje, cosa poco menos que imposible, entre otras razones que son obvias por las condiciones del puerto.
El servicio diario de falúas contorneando la isla y a ser posible enlazándola con Tenerife, debiera haber sido, más que petición esporádica de un solo pueblo – y carente por ello de suficiente fuerza – deseo unánime, de todos los de la isla.